jueves, 10 de marzo de 2011

PARA AFILIADOS AL PAMI - taller de historia oral

Todos tenemos algo que aportar cuando de historia se trata
porque somos sus protagonistas.
Nuestros recuerdos son únicos y deben preservarse
porque constituyen nuestro legado al futuro.




PARA AFILIADOS AL PAMI

TALLER DE HISTORIA ORAL "BUENOS AIRES Y SU VIDA COTIDIANA"


PAMI te invita a participar de un taller de reconstrucción oral de la historia y la vida cotidiana de Buenos Aires.

Un espacio para divertirnos, reflexionar, escuchar y ser escuchados. Para sorprendernos frente a los mapas y documentos, para recuperar voces que se creían perdidas, para dejarnos encontrar por las fotos antiguas.

Para desarrollar un trabajo en grupo, pero no de grupo, porque nuestros aportes editados, pasarán a integrar el acerbo de bibliotecas y archivos.

Con salidas a sitios de interés histórico, recorridos por archivos (esos lugares donde la historia espera) y visitas guiadas por barrios.

Hablaremos de la vida de cuando éramos chicos, de nuestros juegos, de la vereda, del barrio, de la radio y la merienda, de la familia, de las comidas, de los domingos, de los cafés, de la amistad. De los Carnavales, de las fiestas, del tango, del romance. De la escuela, la salud, el trabajo, la vivienda, las supersticiones y las creencias, el rol de la mujer. y de mucho más. También de aquel tiempo que conocemos por el relato de nuestros padres y abuelos, junto con el presente, para ver que tanto hemos cambiado.

Investigaremos en nuestra identidad como porteños o como habitantes de esta Buenos Aires que queremos tanto y tantos rezongos nos arranca.


Martes de 15 a 18 Hs
en
COMUNARTE - Castro Barros 236 CABA

Informes e Inscripción en PAMI 8 -Serv. Comunitario
Av. Belgrano 3880 - 1erPiso TE: 4981-3312/3329

y al 15- 6528- 4222







viernes, 15 de mayo de 2009

Epica de un león dormido



Supo existir un Boedo que hoy nos parece una leyenda.


Un barrio, allá por el 900, de glorietas, de cafés que surgían a borbotones, de teatros al aire libre, de circos y potreros. Tiempo de líricos y de obreros del ladrillo, que compraban más libros de los que se vendían en el centro; en que se pensaba en poesía y se armaban huelgas; en los que en una cortada se derramaba por el filo de un cuchillo la vida de algún taita.


Días de euforias, de esperanzas, de casas chatas y exuberancia de malvones. Por ese entonces, a Boedo, también la habitaban payadores que tenían por principal punto de reunión el café de Brenta, en la esquina noroeste de México y Boedo.


Ese, que deshabitado, al cabo de unos años decidió suicidarse implotando, en lugar de dejarse arrasar por la picota. Se lo conocía como “ el almacén de Brenta. Mil historias se construían allí. Ambito de discusiones políticas, refugio de los peores malandrines; y en el patio de tierra, al fondo, en el antiguo reñidero, arena de la taba.... los payadores, rasgando la monotonía del eterno contrapunto.


Cuando Juan Leyro y Betinoti eran dos muchachitos que aprendían a hacer versos bajo su higuera, apareció Luis García Morel, y se puso a darles clases en ese almacén.Allí comenzaban las payadas y se iban por el potrero con cancha de bochas de H. Primo y Boedo; o por el Circo de Chiappe en Masa entre Venezuela y Agrelo, donde las esperaban el joven Gabino Ezeiza, Higinio Casón, Ciriaco Bravo; para llevárselas a las glorietas, donde otros payadores como Federico Curlando (el favorito de de zona), Donato Sierra, Gorosito, Juan Pedro López, Lobato, Generoso De Amato, Montoto, hacían lo suyo.


Tenían éxito.En el un local apelado “La Payada“, en San Juan entre Colombres y Castro Barros, o donde se presentasen, el público se reunía entusiasmado para escucharlos. Y entre esa gente, un joven de Boedo y Quito, que se les acercaba tímidamente y se presentaba como “Ignacio Corsini“.
Y entre todos, ese fuera de serie que fue Martín Castro, “el payador libertario “, que enardecía a la audiencia recitando aquello de



“hombre que te degeneras
al pie de los mostradores
gastándote en licores
el fruto de tu sudor"



No solo los payadores se han ido, también la bohemia, la ingenua sensualidad de las glicinas y los forjadores de un Boedo grandioso, épico, que duerme un sueño de león cansado.



© Ana di Cesare


Artículo en: Revista Universidad del Tango

 
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